lunes, 21 de junio de 2010

SARAMAGO








foto de Gabriel Pecot en Público.es

Saramago ha muerto. Volvía del colegio el viernes cuando escuché la noticia y se me encogió algo por dentro. Saber que no anda por este mundo poniendo su voz al servicio de cualquier causa justa, me produce una tristeza profunda, como si alguien cercano se hubiera ido.

La última vez que lo vi fue en Lisboa, firmando en la feria del libro; la primera fue en Orellana, en nuestra Escuela de Verano, donde disfrutamos con su ironía, sus argumentos sutiles, sus reflexiones... Recuerdo una frase de aquella ocasión, no la más significativa de su charla pero que se me quedó grabada no sé por qué, "los portugueses somos los españoles sin hueso", nos reímos, esa suavidad suya ese "sin hueso" aparente iban unidos a una firmeza a prueba de todo cuando había que decir NO a lo que nos hace peores como especie.

Hoy lunes, al volver a clase, les empecé a leer a los niños su cuento La isla desconocida. No es fácil leer sus complicadas frases a niños de diez años y de vez en cuando les preguntaba si lo dejaba, pero contestaban ¡¡¡nooooo!!! Cuarenta minutos les estuve leyendo, qué listos son y cómo saben apreciar lo que vale la pena, lo que toca de verdad sus sentimientos y conecta con sus deseos. Mañana, al llegar, terminaré la historia, una buena despedida de curso.

Hasta siempre amigo.